Trolls, en pos de la felicidad

bumper-satin-chenilleCélebres por sus pelos de colores, locos y mágicos, los Trolls son las criaturas más felices y alegres que irrumpen en el mundo de la canción. Pero su mundo de arco iris y cupcakes cambiará para siempre cuando su líder Poppy (Anna Kendrick) debe embarcarse en una misión de rescate que la llevará muy lejos del único mundo que siempre ha conocido.

De la mano de Mike Mitchell y Walt Dohrn (directores de la cuarta entrega de Shreck) nos llega Trolls: una inocente (casi ingenua) comedia musical que reflexiona sobre la felicidad, su búsqueda y su condición de fuerza interior; es en cada uno de nosotros donde se halla y la amistad es el camino para encontrarla y compartirla. Trolls utiliza la música para sostener la narrativa de la película; la banda sonora de la película está producida por Justin Timberlake, que trabaja también como productor ejecutivo de música, y cuenta con canciones del propio Timberlake, Gwen Stefani, Anna Kendrick y Ariana Grande, así como varios clásicos de la época de los 60, 70 y 80 versionados por miembros del reparto. Un score que hará las delicias de los más pequeños y también de los mayores.

Los Trolls son criaturas radiantes que pasan el día cantando, bailando, abrazándose y comiendo cupcakes. El suyo es un mundo de colorido exultante que lo inunda todo desde sus pequeños cuerpos y largos penachos, hasta su entorno siempre luminoso. Es fácil imaginar que sus figuras inundarán las tiendas de juguetes pues ya en la pantalla vemos desfilar toda una serie de personajes y objetos que están pidiendo a gritos convertirse en merchandising. La película expone un mundo único inspirado en fibras, materiales de terciopelo, pelaje, purpurina y colores brillantes. Los espectadores se verán envueltos en este universo táctil y atractivo que los productores  llaman  “inmersión peluda“. Toda una experiencia sensorial.

Frente a los pequeños héroes están los Bergens y su mundo grisáceo, unos villanos que sólo son felices cuando tienen un Troll en el estómago, carecen de armonía y alegría y sólo pueden encontrar la felicidad a través de medios visibles más dañinos. No tienen mucho control sobre su felicidad y es menos satisfactoria cuando la consiguen. Si los Trolls representan el optimismo extremo, sus antagonistas son la imagen viva del pesimismo más acérrimo. La peripecia que viven en la película unos y otros hará que la balanza se equilibre y reine la sensatez y la armonía para todos ellos. Uno de los detonantes de esta confluencia será la historia de Bridget, la criada de palacio que está secretamente enamorada del rey.  Es todo un acierto del filme retratar esta subtrama interpolando la conocida historia de la Cenicienta. Bridget es la Bergen más dulce y bondadosa de toda Ciudad Bergen; de hecho, puede que sea la única Bergen bondadosa. Ayudada por los Trolls revelará su amor y se producirá la catarsis en la que todos los personajes se hermanan.

Trolls es un canto a la alegría voluntariamente ingenuo, el objetivo de sus directores es distanciarse del discurso dominante siempre propenso al desencanto y la ironía y regalarnos un final feliz que nos devuelva las ganas de soñar.

cancion-del-trailer-de-la-pelicula-trolls-2016

 

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